Todo empezó cuando era pequeña y cogía un taburete para poder llegar a la encimera de la cocina para poder ensuciarme las manos…
Me encantaba la comida, el saber como prepararla, arremangarme y crear algo tan rico como una simple tortilla de patata o unos canapés para aquella fiesta con amigos de mis padres.
Al ir creciendo fue aumentando mi interés, pero cuando llegó la hora de elegir lo que quería para mi futuro, no me vi con un gorro blanco dentro de una cocina 10-12 horas al día. Entonces empecé la Licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas en Vic, donde viví los cuatro años mientras estudiaba. Era la cocinera formal del grupo, crema de calabaza y tortilla de patata de 12 huevos cada jueves antes de salir de fiesta, acompañado con una botella de Lambrusco de “Mercadona”. El gusto por los vinos ha mejorado con los años 😉.
Al acabar la Licenciatura me mudé a Londres a hacer las prácticas y acabé trabajando en un pub donde al principio tenían que señalarme las bebidas porque mi inglés no era muy bueno… Fui cambiando de trabajo a restaurantes más gastronómicos y me pasaba todo el día en la cocina hablando y preguntando a la los cocineros como elaborar los platos… me volvía loca la creatividad con la que escribían las cartas y la cantidad de ingredientes que usaban y que yo no conocía. Se podían hacer mil cosas diferentes y nuevas para mi. Fui creciendo a nivel profesional hasta convertirme en encargada y fueron pasando los años…
A los 31, después de una de esas conversaciones que te cambian la vida, decidí que iba a cumplir mi sueño de siempre y abrir un restaurante en Barcelona. Desde ese día ya han pasado unos cuantos años y gracias a todos vosotros seguimos madrugando cada día para ofreceros lo mejorcito de nosotros.
¡Gracias a todos por hacer TONI BIGOTI posible!